NUEVAS FORMAS DE INTEGRACIĆN: EL FUTURO DE LAS TERAPIAS COGNITIVO-CONDUCTUALES .
- Diana Tomaino de la Cruz
- 1 nov 2016
- 5 Min. de lectura
Durante las Ćŗltimas dĆ©cadas, han surgido nuevas perspectivas psicológicas y maneras de entender la mente humana que se han ido abriendo paso dentro de la psicologĆa tradicional.
Desde el conocimiento de un modelo cognitivo-conductual tradicional como el que mucho psicólogos tenemos como base de nuestra formación, hoy en dĆa el panorama actual nos abre nuevas posibilidades: podemos permitirnos incorporar e incluir nuevas formas de hacer terapia que nos permitirĆ”n llegar a mĆ”s pacientes e intervenir con ellos de forma mĆ”s eficiente al haber ampliado nuestras herramientas de intervención.

El constructivismo, las terapias narrativas, la Programación Neuro-LingüĆstica y la Hipnosis aparecen a dĆa de hoy como alternativas terapĆ©uticas cada vez mĆ”s demandadas y que estĆ”n demostrando un alto grado de eficacia en el tratamiento de los problemas mentales.
El origen epistemológico de todo este grupo de nuevas formas de intervención tienen que ver con la idea de que la compresión de la realidad depende de la interpretación subjetiva que hace la propia persona.
Mahoney (1988) dice que ānuestra tarea como teóricos y terapeutas, recae en gran parte en la necesidad de identificar las estructuras y procesos a travĆ©s de los cuales nuestros clientes construyen su existencia cotidiana. Somos, coautores de los guiones de nuestras vidas dentro de los confines de nuestros sentidos y de nuestros procesos idiosincrĆ”ticos de ordenaciónā.
RASGOS DISTINTIVOS DE LA PSICOLOGĆA CONSTRUCTIVISTA:
1. Construir un mundo.
La mayorĆa de los terapeutas que trabajan desde esta perspectiva estĆ”n mucho mĆ”s interesados en los matices de la construcción que las personas hacen del mundo, que en la determinación del grado de verdad de esas construcciones que supuestamente representan una realidad externa.
2. La función de la ficción.
Los defensores del postmodernismo sostienen que las personas viven en un mundo interpretado, un mundo organizado tanto por sus categorĆas individuales y colectivas del significado como por la estructura del mundo objetivo de los estĆmulos externos. Por eso la terapia no es solo enseƱar a las personas habilidades de enfrentamiento mĆ”s adecuadas, sino una forma de intervenir en el significado.
3. Vivir en la frontera.
Algo esencial desde estas terapias es saber donde se quiere ir. Intuir las direcciones en vez de centrarse en las causas. Fijarse mÔs en la dirección hacia delante, donde quiere ir esa persona.
Kelly proponĆa que las personas son intrĆnsecamente activas y que, en tanto que psicólogos, nuestro objetivo no consiste tanto en entender por quĆ© actĆŗan, sino la dirección a la que mĆ”s probablemente se dirijan. La respuesta, segĆŗn Ć©l, se encuentra en la red de constructos o significados personales mediante los cuales la persona anticipa el mundo y, mĆ”s especialmente, las acciones y reacciones de los demĆ”s.
4. Redefinir la realidad.
Poner en cuestión el concepto mismo de certeza temporal afirmando que todas las realidades humanas son necesariamente constructos personales, culturales y lingüĆsticos... pero no, por ello, menos substanciales e importantes.
La verdad desde esta perspectiva, es una construcción realizada por individuos y grupos sociales y refleja la ideologĆa social dominante. Hasta los diagnósticos psiquiĆ”tricos son construcciones sociales (Derrida, 1978 y Foucault 1970).
Los psicoterapeutas constructivistas tienden a evitar el diagnóstico formal tradicional. Es una reacción al objetivismo y reduccionismo con el que la modernidad define a las personas por sus trastornos mÔs que por su manera de enfrentarse a las dificultades de la vida.
El fundador del constructivismo clĆnico, describió el trastorno como toda construcción que sigue empleĆ”ndose pese a haber demostrado reiteradamente su inutilidad.
A menudo, las construcciones personales sobre āel modo en que funcionan las cosasā en el mundo se originaron durante los primeros aƱos de creación de significado del individuo.
5. Vivir en el Lenguaje.
Desde esta perspectiva el lenguaje no es un modo de representar la realidad, sino de crearla. Una forma de dar literalmente a luz nuevas realidades sociales. Los constructivista y sus primos hermanos, los construccionistas sociales (Gergen, 1999) se interesan en el modo en que las personas utilizan el lenguaje para configurar y delimitar de manera problemÔtica y desalentadora la valoración que hacen de sà mismas, de los demÔs y de las dificultades de la vida.

Visión de la realidad desde el constructivismo: āEL MAPA NO ES EL TERITORIOā (Alfred Korzybski).
La realidad la construye activamente el sujeto en su interrelación con el mundo externo. Es el sujeto el que activamente construye el conocimiento del mundo exterior por lo que hay una inseparabilidad del observador con respecto a lo observado.
El conocimiento no nos proporciona una imagen objetiva del mundo sino un determinado āMAPAā de lo que podemos hacer en ese ambiente donde se vive la experiencia.
Conocemos una construcción que se adapta a un modelo conceptual previo, al cual, otras construcciones de posteriores actos cognitivos se adaptarÔn y lo enriquecerÔn y asà recursivamente.
La persona que busca ayuda (que busca cambiar) es porque, de alguna manera, sufre bajo el peso de su concepción o imagen del mundo, bajo la no resuelta contradicción entre lo que las cosas son y lo que, de acuerdo con su visión del mundo, deberĆan ser.
Cuando esto sucede en el entorno terapéutico, la intervención se debe enfocar a acomodar su visión del mundo a los datos inamovibles (esas cosas que el sujeto no puede modificar del contexto).
Desde la perspectiva constructivista, no existe una realidad objetiva y única que pueda considerarse como correcta por lo que, ¿cómo actuar cuando la realidad que debe cambiarse no puede concebirse objetivamente y existe siempre la posibilidad de ser diferente?
Cualquier concepción del mundo es una construcción mental influida por interpretaciones, connotaciones de valor y sentido y convicciones del sujeto que observa y crea esa construcción de la realidad.
Para modificar dicha realidad es necesario saber, ante todo, QUĆ es lo que se debe cambiar (es decir, hay que llegar a comprender la concepción del mundo de la persona interesada) y en segundo lugar, averiguar CĆMO pueden conseguirse esos cambios.
Tenemos en nuestra mente descripciones o interpretaciones de la realidad, no la realidad tal cual pero tendemos a creer que esa es la realidad tal cual es. Construimos nuestra historia: cuando cambiamos la forma de entender los sucesos es cuando se produce el cambio.

Los siguientes son algunos de los tipos de terapia existentes con base epistemológica cognitivo-constructivista:
Hipnosis Ericksoniana
Terapia de Esquemas de Jeffrey Young
Programación Neuro-LingüĆstica
Terapia cognitiva post-racionalista de Guidano
Terapia de los constructos personales de Kelly
Psicoterapia cognitivo-narrativa de GonƧalves
Terapia lingüĆstica de evaluación de Isabel Caro
Terapia centrada en la compasión de Paul Gilbert
Diana Tomaino de la Cruz.
BibliografĆa:
Neimeyer, R.A.(2013).Psicoterapia constructivista. Rasgos distintivos. Bilbao: DDB.
Linares, J. L., (2002) ¿Acaba la historia en el post-modernismo? Hacia una terapia ultramoderna. Perspectivas Sistémicas, 71,.
Paul Watzlawick (1979). Es real la realidad?. Barcelona: Herder.
Paul Watzlawick (1980).El lenguaje del cambio. Barcelona: Herder.
Bateson, G. y Ruesch, J. (1984). Comunicación: La matriz social de la psiquiatrĆa. Barcelona: Paidós.
Bateson, G. (1976).Pasos para una ecologĆa de la mente. Buenos Aires: Carlos LohlĆ©.
